6 secretos para alcanzar los objetivos mensuales de tu salón o spa
En un negocio el crecimiento y el progreso son la base del éxito. La única manera de medir este crecimiento es tener unos objetivos. No importa lo bueno que seas en hacer previsiones de ventas: el objetivo que te fijas tiene que ser lo mejor que puedes realmente alcanzar. No seas ni demasiado optimista, ni demasiado conservador o pesimista; simplemente sé justo y atente a la realidad.
Si no fijas objetivos claros para tu salón de belleza o spa, estás dejando los resultados económicos en manos del destino y eso no se puede considerar una estrategia correcta.
Considerado que el objetivo es siempre “lo mejor que puedes alcanzar”, el secreto para alcanzarlo cada mes reside en tu manera de actuar frente a él, en tu compromiso y en el esfuerzo que dedicas para cumplirlo. Por ejemplo, si tu objetivo es el de adelgazar, lo primero que tienes que hacer es un compromiso contigo mismo de que comerás de forma más sana y harás ejercicio. Cuanto más enfocado hacia el objetivo estés, mejores serán los resultados. Lo mismo pasa en los negocios.
Aquí van 6 secretos que te permitirán llegar a tu objetivo mensual más fácilmente:
1) Los líderes dan vida y sentido a los objetivos: un objetivo es simplemente un número si eso es lo que transmites a tu equipo. Un objetivo traducido en números falta del componente emocional. Tu equipo tiene que entender qué hay detrás de ese objetivo, de dónde viene y qué significa alcanzarlo. Cuenta a tus empleados por qué se ha fijado, que aporta a la empresa conseguirlo y qué comportaría no cumplirlo. La gente no lucha por un número, lucha por una causa.
2) El plan es…: Los objetivos no se alcanzan solo gracias al esfuerzo del equipo, sino siguiendo un plan. Cada miembro del equipo tiene que saber su rol dentro de la organización, qué hacer y cómo hacerlo en todo momento. Coordinación, ejecución y confianza recíproca permiten llevar a cabo el plan con éxito. Un plan mal pensado lleva a malos resultados. TOMA NOTA: se llega raras veces al objetivo por suerte. Conseguirlo es casi siempre consecuencia de un plan bien ejecutado.
3) El flujo de información es la clave: Una vez empezado el plan, se trata de hacer fluir la información hacia el equipo. Utilizar una pizarra, invertir tiempo en explicar cada paso a todos los miembros del equipo no es tiempo perdido.
4) Adaptarse y superar las dificultades: hasta los mejores planes están sujetos a algún cambio en determinados casos. Si no sabes reconocer la necesidad de cambiar las cosas, es probable que no estés lo suficientemente centrado. Imagina de estar al mando de una nave y de tener que corregir la trayectoria si en algún momento un obstáculo se cruza en tu camino. Una de las causas principales de fracaso en alcanzar los objetivos de una empresa reside justo en la falta de reacción del propietario y de sus empleados frente a las dificultades.
5) La cuenta atrás: En un negocio los objetivos mensuales están marcados por el paso del tiempo. Si empiezas lento, tendrás que recuperar más adelante durante el mes. Para alcanzar el objetivo hay que mantenerse enfocado desde el primer momento y transmitir este “sentido de urgencia” a todo el equipo. Sin embargo, no hay que caer en el error de transformarse en un déspota: mandar, despreciar al equipo y demandar sin mostrar aprecio son causa de desmotivación por parte de los empleados.
6) La puntuación final. Ganar o perder: Si tu empresa no ha alcanzado el objetivo por lo menos una vez en los últimos seis meses, es probable que se necesite un cambio importante. El error más grande que puedas hacer, en lugar de encontrar una forma para solucionar el problema, es él de bajar los objetivos mensuales. Un objetivo no alcanzado es una lección y una oportunidad para mejorar los resultados cambiando la forma de actuar.
!A por ello!