Consejos de Salud y Seguridad para tu salón

Cosas que a veces damos por sentado como nuestra seguridad y la de nuestros clientes dentro del salón, debemos ponerlas como una prioridad y estar en constante supervisión, hasta el más mínimo descuido podría ocasionar una situación indeseable, y siempre es posible evitar malos ratos sin que esto nos signifique un costo significativo.

Bio Seguridad

No es que antes no fuera importante, pero (por obvias razones) durante este año y el anterior, el colectivo en general está más atento a las medidas de bio-seguridad con las que cuentan los negocios; lo que antes pasaba solo con un número reducido de clientes.

Ten en tu salón todo el equipamiento básico para épocas de coronavirus:

  • Medidor de temperatura
  • Sanitizante de manos en todas las entradas
  • Baños en condiciones óptimas para el lavado de manos

Un contagio puede significar parar el negocio por un tiempo probablemente indefinido, y por supuesto, un riesgo para la salud de los miembros del equipo y la clientela misma.

Intenta implementar medidas de pago sin contacto, pagos mediante apps o tarjetas de crédito contactless.

Sabemos que es agotador, pero nunca debes dejar de utilizar tu equipamiento protector cuando trabajas. Mientras te proteges, creas un ambiente de seguridad que las personas notan y les hace saber que eres un profesional responsable.

Por último, controla el aforo según las normas de tu localidad. Reduce el número de elementos que puedan estorbar en espacios reducidos, y así optimizar el distanciamiento entre las personas.

Por último, la constante desinfección donde frecuenta la gente. Asegúrate que las nuevas personas que lleguen, se sitúen en un ambiente limpio y fresco.

 

Prevención de accidentes

Por estar viviendo una situación salubre extraordinaria, no significa que debemos descuidar otras medidas se seguridad y prevención básica en nuestro salón. Como profesionales debemos saber prevenir accidentes que puedan perjudicar a todo aquel que esté en nuestro negocio.

De pies a cabeza

Estamos en constante movimiento, cambiando cosas de lugar, utilizando instrumentos puntiagudos y, muchas veces, manejando químicos potencialmente peligrosos.

Una de las piezas de equipamiento preventivo está en nuestros pies. Hazte con un par de zapatos de suelas antideslizantes, y asegúrate que tus empleados también las utilicen. Cualquiera puede resbalar con todo ese cabello en el suelo.

También presta atención a cómo estás gestionando los cables dentro del salón. Es muy fácil enredar el pie en un cable mal posicionado en el suelo.

Quemaduras químicas

Los días ocupados suceden (afortunadamente). Y a veces es fácil olvidar por cuánto tiempo hemos estado aplicando algún tratamiento químico. Desde el momento 0 debemos tener un temporizador y recordatorios que nos ayuden a monitorear los tiempos. Si quemas el cuero cabelludo del cliente y se le comienza a caer el pelo, ten por seguro que no volverá a confiar en ti. (Además que esto puede dar pie a una demanda legal dependiendo del país).

Revisa la cabellera del cliente antes de aplicar cualquier tratamiento químico, si ves alguna herida o señal de irritación, lo mejor es posponer el tratamiento hasta que tenga una cabeza completamente saludable.

Lo legal

Siempre es mejor prevenir que lamentar, pero los accidentes ocurren. Bajo esta premisa, es mejor tener un buen seguro que nos cubra y apoye durante cualquier eventualidad desafortunada.

Al mismo tiempo, nuestros empleados deben contar con toda su documentación en regla y cobertura de accidentes laborales, cosa que es obligatoria en la mayoría de los países.

Créenos que es mil veces mejor tener la espalda cubierta, en vez de involucrarnos a nosotros mismos en procesos legales y burocráticos que nos pueden costar mucho más que solo dinero.

Es indispensable saber de qué manera de actuar ante cualquier irregularidad, debemos mantenernos en calma, demostrar que estamos a cargo, y que somos capaces de resolver cualquier problema que pudiera suceder en nuestro negocio.